bosques viajeros / arbolado para calles, imperios y paraísos
“Gracias al árbol surcamos los mares y acercamos los países. Gracias al árbol construimos nuestras viviendas. Del árbol se tallaron también las imágenes de las deidades…”.
“Los árboles fueron templos de divinidades, y todavía en la actualidad, a la antigua usanza, los sencillos campesinos le dedican a un dios el árbol que descuella”.
Plinio el viejo. Historia natural Libros XII-XVI.
Baso bidaiariak / Bosques viajeros es un prototipo de alineación arbórea para el espacio público. La obra está pensada para la terraza de Azkuna Zentroa, planteando un arboreto en línea, un jardín de uso público que atraviesa el espacio. La obra es una continuación del proyecto iniciado en Roma, Arbolado para calles, imperio y paraísos, en el que construyo patrones y modelos de alineaciones de árboles que crean relatos a partir de la historia de las especies arbóreas. Baso bidaiariak / Bosques viajeros se centra en la historia de los árboles en Euskadi, algunos de ellos son originarios de los bosques autóctonos, otros importados desde otros lugares. La alineación está compuesta por robles (Quercus robur) , hayas (Fagus sylvatica), fresnos (Fraxinus excelsior), palmeras (Washingtonia filifera) y pinos (Pinus insignis). Este proyecto crea un diálogo entre las especies, sus lugares de origen, sus usos y sus realidades en diferentes momentos históricos.
Hace referencia al imaginario del viaje, la navegación y las hibridaciones territoriales que ello conlleva. Me interesa hablar del movimiento desde unos seres que a priori vemos como estáticos y relativizar nuestra percepción desde sus parámetros espacio/tiempo. El roble es el árbol en el que se concentra la máxima carga simbólica en la historia de Euskadi. El árbol de Gernika es el emblema de una cultura que tiene su origen en tiempos remotos, heredera de una lengua única, junto a una tradición política territorial basada en los fueros. Bajo la sombra del roble se legislaba, se juzgaba y era tradición que el ‘Señor de Vizcaya’ jurara los fueros en señal de respeto a las tradiciones de este pueblo. El ‘Señorío de Vizcaya’ tiene sus orígenes en la alta edad media, en el siglo XIV se integra en la corona de Castilla por herencia, posteriormente en el reino de España y su organigrama político se mantiene hasta que en 1876, tras la tercera guerra carlista, son abolidas las Juntas Generales de Vizcaya y sus fueros.
El árbol de Gernika no fue el único árbol juntero en el territorio vasco pero sí el que ha sobrevivido como símbolo. Son comparables los ‘Arboles de la libertad’ que posteriormente aparecieron en Francia y Estados Unidos a partir de sus revoluciones. Inicialmente el prototipo de alineación se compone de retoños del árbol de Gernika. En una intención de colocar este plano simbólico en la línea de tierra del espacio público, junto a los otros árboles y en el contexto de una realidad contemporánea. En la terraza de Azkuna Zentroa, al tratarse de una instalación temporal, no hemos podido contar con los retoños del árbol de Gernika. En un deseo de que estuvieran presentes, esta alineación está instalada en una dirección que conecta virtualmente con el retoño del árbol de Gernika de la Plaza Euskadi.
Debido a la orografía del País Vasco, los bosques fueron materia prima tanto cultural como económica. En él se originaron muchos de los mitos, las explicaciones de los fenómenos que el humano no llegaba a entender. Su proximidad al mar fue otro de los ejes en la formación de este pueblo.
El roble y el haya, dos de los árboles con más presencia en el bosque autóctono vasco, fueron fundamentales para desarrollar dos de los pilares de esta economía, la construcción naval y la ferrería. La madera, como material de construcción y combustible, fue el origen de una industria que hacía necesaria la institucionalización y administración de ese lugar salvaje.
Esto hizo que el bosque se organizase espacialmente y se tuvieran en cuenta las formas y los tiempos del crecimiento. Se generalizó la creación de bosques trasmochos, donde la estructura del árbol era manipulada con formaciones que facilitasen la producción de madera para carbón vegetal. Las podas en forma de ‘horca’ y ‘pendón’ propiciaban la obtención de piezas curvas, fundamentales en la construcción naval.
Esta industria promovió el desarrollo del conocimiento en el campo de la navegación, desencadenó la industria de los balleneros vascos y la aparición de navegantes que participaron en expediciones hacia lo desconocido, como el ejemplo de Juan Sebastián Elcano, quién consiguió dar la primera vuelta al mundo. La gestión de los bosques provocaba una tensión entre las demandas de la corona para la marina real y los usos de los propios habitantes de estos territorios.
Entre estos bosques, custodiados por el imperio de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, florece la Carlina acaulis, una planta que Linneo nombró a partir del emperador, aunque otros relatos la relacionan con Carlomagno. Esta planta es el emblemático Eguzkilore, la planta protectora, símbolo del sol que se coloca en la entrada de ‘Etxe’, el templo, la casa, como señaló José Miguel de Barandiaran. También el fresno tiene esta función protectora, la víspera de San Juan se solía colocar un arco de fresno en las puertas, según dice el popular dicho que recoge el lingüista y escritor Manuel de Lekuona: “el fresno no hace falta bendecir; de por sí es bendito”. Estas prácticas nos introducen en el universo de la mitología vasca recogida por Barandiaran donde capas de historia, relatos y divinidades basadas en la naturaleza nos llevan a númenes como Mari (madre tierra), Baxajaun o Sugaar.
Como era común en los mitos fundacionales durante la edad media, existía la costumbre de enlazar las casas reales con seres mitológicos. Según recoge la versión del relato de Lope García de Salazar en su Crónica de siete casas de Vizcaya y Castilla (1454), Jaun Zuria, el primer señor de Bizkaia, era hijo de Sugaar o culebro y una princesa de Mundaka venida de Escocia. Este relato narra la batalla de Arrigorriaga y la persecución hasta el árbol Malato de Luiaondo, el roble que señala el limite hasta el que los soldados vizcaínos debían perseguir a sus adversarios.
En el siglo XVI, apareció una versión del Libro de los linajes (1320) del Conde Don Pedro de Barcelos en la que se narra cómo Don Diego López de Haro “cazando un jabalí en el bosque, oyó cantar a una hermosa mujer en una peña, se enamoró de ella y como los dos eran de alto linaje se casaron, a condición de que él nunca se santiguara”. Esta mujer era la deidad Mari, quien tenía un pie de cabra. Tuvieron dos hijos, un varón, Iñigo Guerra y una mujer. Vivieron un tiempo juntos, hasta que un día Don Diego se santiguó y Mari cogiendo a su hija, saltó por la ventana, se dirigió a las montañas y nunca más volvieron a verlas.
Sebastián Vizcaíno (1548-1628) fue un explorador, militar y comerciante extremeño, vizcaíno en opinión de algunos historiadores. Tras participar en la conquista de Portugal se dirigió a Nueva España para desempeñar su trabajo como perito en las rutas comerciales entre Acapulco y Filipinas. Pidió una licencia para la extracción de perlas en el área actual de California y al mismo tiempo se le encomendó buscar el lugar óptimo para crear un puerto que protegiera a los galeones de Manila del ataque de piratas. Sebastián vio el lugar idóneo en una bahía, a la que nombró Monterrey en honor al Virrey de Nueva España. El explorador fue el primero en señalar las características ecológicas de la costa describiendo los bosques de cipreses de Monterrey.
En este área de California se encontraba la civilización Ohlone, indios que posteriormente fueron agrupados en misiones franciscanas. La cosmogonía del pueblo Ohlone se funda en un mito de la creación en el que un diluvio hace desaparecer un mundo anterior para llegar a uno nuevo, creado por las divinidades del coyote, el colibrí y el águila.
Tras el fin de la tercera guerra carlista, Mario Adan de Yarza, concejal en el ayuntamiento de Bilbao, decepcionado por la abolición de los fueros vizcaínos en 1876, decidió abandonar la política para centrarse en sus ensayos forestales. Su intención era encontrar soluciones para la repoblación de los montes vascos, devastados tras siglos de explotación intensiva. En el arboreto del palacio de Zubieta, casa familiar de los Adan
de Yarza, llevaban años creciendo ejemplares de cupressus macrocarpa, el ciprés de Monterrey que Sebastián Vizcaíno describió y el pinus insignis o radiata, un pino originario del mismo territorio, ambas especies codominantes en el paisaje de la costa californiana. Si en aquellos territorios americanos ya se había desencadenado la fiebre del oro, la fiebre del ‘oro verde’ estaba a punto de revolucionar la estructura y economía forestal en los montes vascos. La rapidez de crecimiento del pino radiata hizo marcar las pautas de un forestalismo intensivo que continúa en la actualidad, una revolución que transformó la tradicional economía del baserri, el caserío vasco. Están por ver también las consecuencias ecológicas de un monocultivo intensivo en tan largo periodo de tiempo.
De los mismos territorios explorados por Sebastián Vizcaíno, la península de la Baja California, viene la palmera Washingtonia filifera. La presencia de una palmera en la entrada de las casonas indianas era la marca del éxito, el trofeo exótico traído de la aventura en las Américas. El nombre de esta palmera está dedicado a George Washington, padre fundador y primer presidente de EEUU, quien junto a los firmantes de la declaración de independencia enviaron a John Adams, en plena revolución americana, para buscar un aliado en el reino de España. John Adams, quien sería el segundo presidente de EEUU, estuvo en Bilbao y escribió unas notas al observar el sistema foral en su libro Una defensa de las constituciones de los gobiernos de los Estados Unidos: “un pueblo milenario que ha sabido mantener su lengua y sus costumbres a través de los siglos”. La Washingtonia filifera es una de las especie más extendidas internacionalmente en jardines públicos.
Tras este recorrido por las diferentes especies arbóreas que conforman
Baso bidaiariak / Bosques viajeros y volviendo al universo descrito por Jose Miguel de Barandiaran, quizás podemos imaginar que el coyote, el colibrí y el águila, vinieron también para convivir con Mari, las lamiak y Baxajaun. Una imagen común en los bosques de pinos radiata es ver a sus pies los helechos autóctonos Pteridium aquilinum, traducido del latín ‘alas de águila’.
Bibliografía:
El pino radiata en la historia forestal vasca. Análisis de un proceso de forestalismo intensivo. Mario Michel Rodriguez. Aranzadi Zientzia Elkartea. Mitología vasca. José Miguel de Barandiaran. Editorial Txertoa.
Auñamendi Eusko Entziklopedia.
Prototipoak. Bienal Internacional de Nuevas Formas Artísticas.
english
“We use a tree to furrow the seas and to bring the lands nearer together, we use a tree for building houses; even the images of the deities were made from trees…”.
“Once upon a time trees were the temples of the deities, and in conformity with primitive ritual simple country places even now dedicate a tree of exceptional height to a god”.
Pliny the Elder. Natural History, Books XII-XVI.
Baso bidaiariak / Bosques viajeros is a prototype of a line of trees designed for public space. Intented for Azkuna Zentroa’s rooftop terrace, it proposes a linear arboretum, a garden for public use that extends diagonally across the exhibition space. This work is a continuation of my Rome-based project Arbolado para calles, imperios y paraísos, in which I created models and layouts of lines of trees based on the history of each local species. Baso bidaiariak / Bosques viajeros centres on the history of trees in the Basque Country, some originating from native forests, others imported from elsewhere. The arboretum is made up of oaks (Quercus robur), beeches (Fagus sylvatica), ashes (Fraxinus excelsior), palms (Washingtonia filifera) and pines (Pinus insignis). This project establishes a dialogue between the different species and their places of origin, uses and realities at different times in history. It alludes to the imaginaire of travel, seafaring and the regional hybridisation they entail. I attempt to address the notion of movement from the perspective of these living beings that we generally consider static, downplaying our own perception through their space/ time parameters.
Oaks are the trees that bear the greatest symbolic load in the history of the Basque Country. The Tree of Gernika is the emblem of an ancient culture, heir to a unique tongue and a traditional territorial policy based on charters. In its shade, laws were sanctioned, judgments were passed and, historically, the ‘Lord of Biscay’ swore an oath to the charters as a sign of respect to his people’s traditions. The ‘Lordship of Biscay’, which dates back to the Early Middle Ages, was integrated into the Crown of Castile by inheritance during the 14th century. It later became a part of the Realm of Spain, but preserved its political structure up until 1876, following the Third Carlist War, when both the General Assemblies of Biscay and its charters were abolished.
Despite there being other similar trees in the Basque Country, the Tree of Gernika was the only one that survived to become a symbol. They are comparable to the ‘Trees of Liberty’ that appeared in France and the United States following their revolutions. Originally, this prototype of linear arboretum was supposed to include saplings from the Tree of Gernika in an attempt to place this symbolic plane on the groundline of public space, alongside other trees and within the context of modern-day reality. However, given the temporary nature of the installation at Azkuna Zentroa, that was not possible. To honour that desire, the line of trees has been installed so as to virtually connect with the sapling of the Tree of Gernika located in Plaza Euskadi.
Due to its orography, forests were once a cultural and economic cornerstone in the Basque Country. They gave birth to many of its myths, which explained certain phenomena that escaped human understanding. Proximity to the sea was also key in shaping its people.
Oaks and beeches, two of the most common trees in Basque native forests, were paramount to the development of two of its economic mainstays: shipbuilding and ironworks.
As a building material and a form of fuel, wood paved the way for an industry that required institutionalising and managing the wilderness. Consequently, forests where organised spatially and shapes and growth rates were taken into account. Pollarding became a widespread practice and tree structures were modified to favour charcoal production. ‘Pitchfork’ and ‘pennon’ shaped pruning helped obtain curved pieces of wood, essential to shipbuilding.
The wood industry promoted knowledge development in the field of marine navigation, which in turn sparked the Basque whaling industry and the rise in the number of seafarers that took part in expeditions into the unknown. Such was the case of Juan Sebastian Elcano, who completed the first round-the-world voyage. Forest management created tensions between the Crown and its demands regarding the Royal Spanish Navy and the local inhabitants and their use of wood.
In the heart of these forests, under the protection of the empire of Charles I of Spain and V of the Holy Roman Empire, bloomed the Carlina acaulis, so named by Linnaeus after the emperor, although other accounts associate it with Charlemagne. This plant is none other than the emblematic Eguzkilore, the protector, a solar symbol placed at the entrance of every ‘Etxe’ (temple, home), as noted by José Miguel de Barandiaran. Ashes are also considered protective trees. On Saint John’s Eve, people used to hang arches made of ash from their doors. As the popular saying transcribed by linguist and writer Manuel de Lekuona goes: “Ash requires no blessing; it is in itself blessed.” These customs introduce us to Barandiaran’s world of Basque mythology, where layers of history, tales and deities inspired by nature unearth numina such as Mari (Mother Earth), Baxajaun or Sugaar. As was often the case with origin myths during the Middle Ages, it was customary to associate royal houses with mythological creatures. As recounted by Lope García de Salazar in his version of the tale titled Crónica de siete casas de Vizcaya y Castilla (1454), Jaun Zuria, first Lord of Biscay, was the son of Sugaar (male snake) and a Scottish princess who arrived in Mundaka. His story tells the battle
of Arrigorriaga and the subsequent chase all the way to the Malato Tree
in Luiaondo, the oak that marked the end of the Biscayan soldiers’ pursuit. In the 16th century, a version of the Libro de los linajes (1320) by Pedro Afonso, Count of Barcelos, emerged. The author describes how Diego López de Haro was “hunting a wild boar in the forest when he heard a woman singing on a crag, fell in love with her and, since they were both blue-blooded, they married on condition that he never crossed himself.” She was in fact Mari, a deity with one foot in the shape of a goat’s hoof. They had two children: a boy (Iñigo Guerra) and a girl. They lived together for some time, until one day Diego crossed himself and Mari took her daughter, jumped out of the window and headed towards the mountains, never to be seen again.
Sebastián Vizcaíno (1548-1628) was an explorer, solider and merchant from Extremadura; or from Biscay, according to some historians. After serving in the conquest of Portugal, he headed to New Spain, where he worked as a commercial expert on the routes connecting Acapulco and the Philippines. He applied for a pearling licence in present-day California and was tasked with finding the ideal location for a harbour that would protect the Manila galleons from pirate attacks. Sebastián found the perfect spot, a bay he named Monterey after the viceroy of New Spain. He was the first explorer to point out the coast’s ecological features, offering a detailed description of the Monterey cypress forests. This area of California was home to the Ohlone Indians, who were later moved to Franciscan missions. Their cosmogony was based on a creation myth involving a great flood that made a previous world disappear and led them to a new world created by Coyote, Hummingbird and Eagle.
In the aftermath of the Third Carlist War, Bilbao city councillor Mario Adán de Yarza, disappointed with the abolition of the charters of Biscay in 1876, decided to give up politics and focus on his forest essays. His goal was to find solutions to the reforestation issue in the Basque Mountains, ravaged by centuries of heavy exploitation. At the arboretum of Zubieta Palace, residence of the Adán de Yarza family, they had been growing saplings of Cupressus macrocarpa, the Monterey cypress described by Sebastián Vizcaíno, and pinus insignis or radiata, a species of pine also native to the Monterey area, both of which co-dominated California’s coastal landscape. The gold rush was already in full flow, but the ‘green gold’ rush was about to transform forest structure and economics in the Basque Mountains. The growth rate of the pinus radiata set the stage for the intensive forestry practices that continue to this day. A revolution that transformed the traditional economy centred around the baserri (Basque farmhouse). The ecological impact of intensive monoculture over such a long period of time remains to be seen.
Also native to the lands explored by Sebastián Vizcaíno (the Baja California Peninsula) is the Washingtonia filifera palm. The presence of a palm tree at the entrance of an Indiano mansion was a sign of success, an exotic trophy from one’s adventures in the Americas. This palm is named after George Washington, Founding Father and First President of the United States, who, along with the signers of the Declaration of Independence and in the midst of the American Revolution, sent John Adams to seek an alliance with the Kingdom of Spain. During his time in Bilbao, John Adams, who would later become the Second President of the United States, studied the Basque Charter system and wrote the following in his book A Defence of the Constitutions of Government of the United States of America: “[…] this extraordinary people have preserved their ancient language, genius, laws, government, and manners, without innovation, longer than any other nation of Europe.” Nowadays, Washingtonia filifera is among the most commonly grown plants in public gardens worldwide.
Following this review of the different tree species that make up Baso bidaiariak / Bosques viajeros, and going back to the universe depicted by Jose Miguel de Barandiaran, perhaps we can now imagine that Coyote, Hummingbird and Eagle also arrived in the Basque Country to live with Mari, the Lamiak and Baxajaun. Incidentally, Pteridium aquilinum, Latin for ‘eagle wings’, is a species of fern commonly found in the undergrowth of radiata pine forests.
References:
El pino radiata en la historia forestal vasca. Análisis de un proceso de forestalismo intensivo. Mario Michel Rodriguez. Aranzadi Zientzia Elkartea. Mitología vasca. José Miguel de Barandiaran. Txertoa Publishing House.
Auñamendi Eusko Entziklopedia.
Prototipoak. International Biennial of New Artistic Forms.
euskera
“Zuhaitzari esker, itsasoak zeharkatu eta herrialdeak hurbildu genituen. Zuhaitzari esker eraiki genituen etxebizitzak. Zuhaitzetik zizelkatu ziren, halaber, jainkoen irudiak…”
“Zuhaitzak jainkoen tenpluak izan ziren, eta gaur egun ere, antzinako usadioan bezala, baserritar xumeek jainko bati eskaintzen diote nabarmentzen den zuhaitza”.
Plinio zaharra. Historia natural Libros XII-XVI.
Baso bidaiariak / Bosques viajeros espazio publikorako asmatutako zuhaitz-lerrokaduraren prototipo bat da. Azkuna Zentroko terrazarako pentsatuta dago; lineako arboreto bat planteatzen du, espazioa zeharkatzen duen erabilera publikoko lorategi bat. Obra Erroman hasitako Kale, inperio eta paradisuetarako zuhaiztia proiektuaren jarraipena da, non zuhaitzen lerrokadura- ereduak eta -patroiak eraikitzen ditudan, zuhaitz-espezieen historiatik abiatuta kontakizunak sortzen dituztenak. “Baso bidaiariak / Bosques viajeros lanean Euskadiko zuhaitzen historia da ardatza: horietako batzuk jatorriz bertako basoetakoak dira, beste batzuk beste nonbaitetik ekarriak. Lerrokadura osatzeko, hauek erabili ditut: haritzak (Quercus robur), pagoak (Fagus sylvatica), lizarrak (Fraxinus excelsior), palmondoak (Washingtonia filifera) eta pinuak (Pinus insignis). Proiektuan, elkarrizketan sartzen dira espezieak, haien jatorrizko lekuak, erabilerak eta hainbat une historikotako errealitateak.
Bidaiaren, nabigazioaren eta horrek dakartzan lurralde-hibridazioen iruditeriari egiten dio erreferentzia. A priori estatikotzat jotzen ditugun izaki batzuetan oinarrituta, mugimenduaz hitz egitea interesatzen zait, eta gure pertzepzioa erlatibizatzea haien espazio / denbora parametroetatik.
Haritza Euskadiko historian karga sinbolikorik handiena duen zuhaitza da. Gernikako arbola sustraiak antzinako garaietan dituen kultura baten ikurra da, hizkuntza bakar baten oinordeko, foruetan oinarritutako lurralde-tradizio politikoarekin batera. Haritzaren itzalpean, legeak egiten ziren, epaitu egiten zen, eta tradizioa zen ‘Bizkaiko jaunak’ foruak zin egitea, herri honen tradizioekiko errespetuaren seinale gisa. ‘Bizkaiko Jaurerriak’ Goi Erdi Aroan du jatorria, XIV. mendean Gaztelako koroan sartu zen herentziaz, gero Espainiako erresuman, eta bere organigrama politikoari eutsi zion 1876ra arte, hirugarren gerra karlistaren ondoren, Bizkaiko Batzar Nagusiak eta foruak indargabetu baitzituzten.
Gernikako arbola ez zen euskal lurraldeko batzarretako zuhaitz bakarra izan, baina sinbolo gisa bizirik iraun duena da. Parekatu daiteke gero, Frantzia eta Estatu Batuetako iraultzen ondoren, agertu ziren ‘askatasunaren zuhaitzekin’. Hasieran, lerrokadura-prototipoa Gernikako zuhaitzaren kimuek osatzen zuten. Plano sinboliko hori espazio publikoaren lurraren lerroan, beste zuhaitzen ondoan eta egungo errealitatearen testuinguruan jartzeko asmoz. Aldi baterako instalazioa denez, Azkuna Zentroko terrazan ezin izan ditugu Gernikako arbolaren kimuak erabili. Bertan izateko nahiarekin, lerrokadura hau Euskadi plaza Gernikako arbolaren kimuarekin birtualki lotzen duen norabide batean instalatuta dago.
Euskal Herriko orografiaren ondorioz, basoak lehengai kultural eta ekonomikoa izan ziren. Bertan sortu ziren mito asko eta asko, gizakiak ulertzen ez zituen gertakarien azalpenak. Itsasotik gertu egotea izan zen herri honen eraketan esku hartu zuen beste ardatzetako bat.
Haritza eta pagoa, bertako basoetan usuen agertzen ziren zuhaitzetako bi, funtsezkoak izan ziren ekonomiaren bi zutabe garatzeko: ontzigintza eta burdinolak. Zura, eraikuntzako material eta erregai gisa, izan zen industria horren jatorria, zeinak toki basati hori instituzionalizatzea eta administratzea behar zuen. Horren ondorioz, basoa espazioan antolatu zen eta hazkundearen formak eta denborak kontuan hartu ziren. Baso lepatuak sortu ziren han eta hemen: zuhaitzaren egitura manipulatu egiten zuten landare-ikatzaren zuraren ekoizpena erraztuko zuten formazioekin. ‘Ipinabarra egiteko’ inausketei esker, ontzigintzan funtsezkoak ziren pieza okerrak lortzen zituzten.
Industria horrek nabigazioaren alorreko jakintzaren garapena sustatu zuen, euskal baleazaleen industria abiarazi zuen eta ezezagun ziren lurraldetara joateko espedizioetan parte hartu zuten nabigatzaileen agerpena eragin zuen, besteak beste, Juan Sebastian Elkano, munduari lehen itzulia ematea lortu zuena. Basoen kudeaketak tentsioa eragiten zuen koroak erregearen itsas armadarako egiten zituen eskarien eta lurralde hauetako biztanleek beren erabileretarako behar zutenaren artean.
Karlos Espainiako I.ak eta Germaniako Erromatar Inperio Santuko V.ak zaindu zituen baso horien artean, Carlina acaulis loratu zen, Linneok enperadorea aintzat hartuta izendatu zuen landarea –beste kontakizun batzuek Karlomagnorekin lotzen duten arren–. Landare hori Eguzkilore enblematikoa da, landare babeslea, etxearen, tenpluaren sarreran jartzen den eguzkiaren sinboloa, Jose Migel Barandiaranek adierazi zuen bezala. Lizarrak ere badu babes-funtzio hori. San Joan bezperan lizar-arku bat jartzen zen ateetan, Manuel Lekuona hizkuntzalari eta idazleak bildutako herri- esaera baten arabera: “lizarrak ez du bedeinkaziorik behar; berez bedeinkatua da”. Praktika horiek Barandiaranek jasotako euskal mitologiaren unibertsoan sartzen gaituzte, non naturan oinarritutako historia, kontakizun eta jainkotasunen geruzek Mari (ama lurra), Basajaun, Sugaar eta beste numen batzuengana eramaten gaituzten.
Erdi Aroan sorrerako mitoetan ohikoa zen bezala, errege-etxeak izaki mitologikoekin lotzeko ohitura zegoen. Lope Garcia de Salazarrek bere Crónica de siete casas de Vizcaya y Castilla (1454) liburuan dioenez, Jaun Zuria, Bizkaiko lehen jauna, Sugaar edo sugearen eta Eskoziatik etorritako Mundakako printzesa baten semea zen. Kontakizun horren oinarrian, Arrigorriagako gudua eta Luiaondoko malato zuhaitzerainoko jazarpena daude -soldadu bizkaitarrak aurkarien atzetik joateko muga adierazten duen haritza-.
XVI. mendean, On Pedro de Barcelos kondearen Libro de los linajes (Leinuen liburua, 1320) liburuaren bertsio bat agertu zen, eta bertan kontatzen denez, On Diego Lopez de Harok, “basurde bat basoan ehizatzen ari zela, emakume eder bat abesten entzun zuen haitz batean, harekin maitemindu zen, eta, biak leinu handikoak zirenez, ezkondu egin ziren, On Diegok inoiz aitaren ez egitea baldintza gisa jarrita”. Emakume hori Mari jainkoa zen, ahuntz-hanka bat zuena. Bi seme-alaba izan zituzten: Iñigo Guerra gizonezkoa eta emakumezko bat. Denbora batez elkarrekin bizi izan ziren, harik eta egun batean On Diegok aitaren egin zuen arte, orduan Marik, alaba hartu, leihotik salto egin eta mendietara jo baitzuen, eta ez zituzten berriro inoiz ikusi.
Sebastián Vizcaíno (1548-1628) Extremadurako esploratzaile, militar eta merkatari bat izan zen; historialari batzuen ustez, bizkaitarra. Portugalen konkistan parte hartu ondoren, Espainia Berrira jo zuen, Acapulco eta Filipinen arteko merkataritza-ibilbideetan peritu gisa lan egiteko. Egungo Kaliforniaren inguruan perlak ateratzeko lizentzia eskatu zuen, eta, aldi berean, agindua jaso zuen portu bat sortzeko lekurik onena bilatzeko, Manilako galeoiak piraten erasotik babesteko. Sebastiánek toki aproposa ikusi zuen badia batean, eta Monterrey izendatu zuen Espainia Berriko erregeordearen omenez. Esploratzailea izan zen itsasaldearen ezaugarri ekologikoak adierazten lehena, Monterreyko altzifre-basoak deskribatuz.
Kaliforniako eremu horretan Ohlone zibilizazioa zegoen, geroago frantziskotar misioetan bildu zituzten indiarrak. Ohlone herriaren kosmogoniak sorkuntzaren mito bat du oinarrian: uholde batek aurreko mundua desagerrarazi du, mundu berri batera iristeko, zeina koiote, kolibri eta arrano jainkoek sortu baitute.
Hirugarren gerra karlista amaitu ondoren, Bilboko Udaleko zinegotzi Mario Adan de Yarzak, 1876an Bizkaiko foruak ezeztatu zituztelako atsekabetuta, politika uztea erabaki zuen, eta bere baso-saiakeretan jarri zuen arreta. Bere asmoa zen euskal mendiak basoberritzeko irtenbideak aurkitzea, mendeetako ustiapen intentsiboaren ondoren suntsituta baitzeuden. Adan de Yarza familiaren etxea zen Zubietako jauregiko arboretoan, urteak zeramatzaten cupressus macrocarpa espezieko aleak hazten, Sebastián Vizcaínok deskribatu zuen Monterreyko altzifrea, eta pinus insignis edo radiata ere bai, lurralde berekoa zen pinua, biak ala biak Kaliforniako itsasaldeko paisaian nagusi diren espezieak. Amerikako lurralde haietan urrearen sukarra zegoen pizturik, eta euskal mendietan, berriz, ‘urre berdearen’ sukarra zegoen pizteko zorian, baso- egitura eta -ekonomia irauliko zuena. Intsinis pinuaren hazkuntza azkarrak finkatu zituen gaur egun ere abian jarraitzen duen basogintza intentsiboaren jarraibideak, euskal baserriaren ekonomia tradizionala goitik behera eraldatu zutenak. Ikusteko daude, halaber, hain denbora luzean izandako monolaborantza intentsiboak zer ondorio ekologiko izango duen.
Sebastián Vizcaínok Kalifornia Behereko penintsulan esploratutako lurralde beretatik etorri da Washingtonia filifera palmondoa. Indianoen jauretxeen sarreran palmondo bat egotea zen arrakastaren marka, Ameriketan izandako abenturatik ekarritako garaikur exotikoa. Palmondo horren izena AEBko aita sortzaile eta lehen presidentea izandako George Washingtoni eskainia dago, zeinak, independentzia-aldarrikapenaren sinatzaileekin batera, John Adams bidali zuen, iraultza amerikar betean, Espainiako erresuman aliatu bat bilatzeko. AEBko bigarren presidentea izango zen John Adams Bilbon izan zen, eta, foru-sistema forala behatzean, ohar batzuk idatzi zituen Estatu Batuetako gobernuen konstituzioen defentsa liburuan: “Mendeetan barrean bere hizkuntzari eta ohiturei eusten jakin duen milaka urteko herria”. Washingtonia filifera nazioartean, lorategi publikoetan, zabalduen dagoen espezieetako bat da.
Baso bidaiariak / Bosques viajeros osatzen duten zuhaitz-espezieetatik ibilbide hau egin ondoren, eta Jose Migel Barandiaranek deskribatutako unibertsora itzuliz, agian imajina dezakegu koiotea, kolibria eta arranoa ere etorri zirela Marirekin, lamiekin eta Basajaunekin batera bizitzeko. Intsinis pinuen basoetan, ohikoa da pinuen oinetan pteridium aquilinum bertoko iratzeak ikustea; izena latinetik itzulita, ‘arrano-hegoak’.
Bibliografia:
El pino radiata en la historia forestal vasca. Análisis de un proceso de forestalismo intensivo. Mario Michel Rodriguez. Aranzadi Zientzia Elkartea. Mitología vasca. José Miguel de Barandiaran. Txertoa Argitaletxea.
Auñamendi Eusko Entziklopedia.
Prototipoak. Forma Artistiko Berrien Nazioarteko Bienala.