+ las bellas horas
“Las bellas horas” es un ensayo fotográfico formado por 12 escenas de un jardín ficticio, imágenes construidas a modo de “dioramas”, resultado de un lento proceso de observación y experimentación.
El título de la serie viene inspirado por los “libros de horas” del medioevo y renacimiento. Estos libros ilustrados con miniaturas estaban articulados según las horas de las oraciones del día y los doce meses del año, representaban el paso de las estaciones y el trabajo agrícola en las diferentes épocas. Eran un documento sociológico y artístico que componía un fiel retrato costumbrista de la vida de los diferentes estratos sociales del medioevo, desde las élites aristocráticas y el clero al campesinado.
Hace años comencé a utilizar la huerta familiar como estudio, en un principio me limitaba a fotografiar plantas, pero este proceso desarrolló en mí un interés por las flores, la botánica, los jardines y el paisaje que hizo que acabara siendo un apasionado aprendiz de jardinero. Este lugar se transformó en una especie de laboratorio – jardín – estudio donde cultivaba y experimentaba con lo que posteriormente iba a ser fotografiado.
La huerta siempre ha estado presente, he visto a mis padres cultivarla año tras año para el autoabastecimiento, una práctica muy común en una generación criada en la postguerra, un gesto que en la actualidad es un claro ejemplo de sostenibilidad. “Las bellas horas” son una mirada a la acción de convertir ese terreno en un espacio híbrido atravesado por diferentes subjetividades, una constante conversación, un ejercicio de aprendizaje que ha dado pie a experimentos, errores, transmisión de conocimientos, pequeños descubrimientos, numerosas discusiones, calmada observación, lecturas, siestas, un bello proceso en el que siempre tengo la sensación de que son las plantas las que dirigen y nos transforman a nosotros.
Trabajar en este espacio me genera un entusiasmo que veo cercano a la ingenua pasión de los personajes creados por Flaubert, Bouvard y Pecuchet, siempre abocados al desastre en sus continuos ejercicios de prueba y error. Me maravilla el momento en que encuentran en su biblioteca la obra “El arquitecto de jardines” y su ilusión decidiendo si crear un jardín melancólico, romántico, terrible, serio, fantástico…
“Las bellas horas” es el tiempo empleado en la búsqueda del Genius Loci de un jardín en continuo proceso, algo no tan lejano de los momentos de oración que marcaban “los libros de horas”. Instantes que evocan diferentes temporalidades sin seguir ninguna lógica naturalista, un juego sensorial de sonidos, sabores, olores, temperaturas…
La búsqueda de lo que Gilles Clement define como jardín, un territorio mental de la esperanza.
“The beautiful hours” is a photographic essay consisting of 12 scenes of a fictitious garden, images constructed as «dioramas», the result of a slow process of observation and experimentation.
The title of the series is inspired by the «books of hours» of the Middle Ages and Renaissance. These books illustrated with miniatures, were articulated according to the prayer times during the day and the twelve months of the year; they represented the passing of the seasons and the agricultural work in the different epochs. They were a sociological and artistic document that composed a faithful portrait of the life of the different social strata of the Middle Ages, from the aristocratic elites and the clergy to the peasantry.
Years ago I started using the family orchard as a studio, at the beginning I only photographed plants, but this process developed in me an interest in flowers, botany, gardens and landscape that made me become a passionate apprentice gardener. This place became a kind of laboratory – garden – studio where I cultivated and experimented with what would later be photographed.
The vegetable garden has always been present: I have seen my parents cultivate it year after year for self-sufficiency, a very common practice in a generation raised in the post-war period, a gesture that today is a clear example of sustainability. «The beautiful hours» are a look at the action of turning that land into a hybrid space crossed by different subjectivities, a constant conversation, a learning exercise that has given rise to experiments, mistakes, transmission of knowledge, small discoveries, numerous discussions, calm observation, readings, naps…a beautiful process in which I always have the feeling that it is the plants that direct and transform us.
Working in this space generates in me an enthusiasm that I see close to the naïve passion of the characters created by Flaubert, Bouvard and Pecuchet, always headed for disaster in their continuous exercises of trial and error. I marvel at the moment when they find in their library the work «The Architect of Gardens» and their illusion deciding whether to create a melancholic, romantic, terrible, serious, fantastic garden….
«The beautiful hours» is the time spent in the Genius Loci’s search for a garden in continuous process, something not so far from the moments of prayer that marked «the books of hours». Instants that evoke different temporalities without following any naturalistic logic, a sensorial game of sounds, tastes, smells, temperatures… The search for what Gilles Clement defines as a garden, a mental territory of hope.